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Obispo Edward J. Burns 9/5/2017


El Obispo Edward J. Burns responde a la Cancelación del Programa DACA

Nuestro Dios les ha mostrado su amor, misericordia y bondad a estos jóvenes, y nosotros estamos llamados a hacer lo mismo. Nuestro Dios les ha mostrado su amor, misericordia y bondad a estos jóvenes, y nosotros estamos llamados a hacer lo mismo.

La cancelación del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) es verdaderamente desgarradora. Mis oraciones y preocupación llegan hasta los más de 780,000 jóvenes en los Estados Unidos que recibieron la protección del programa DACA. Estas últimas decisiones, al igual que la SB4, están en oposición con el mensaje del evangelio, el cual nos enseña a responder a nuestros hermanos y hermanas necesitados. En Marcos 9,37 leemos, "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".

Durante mucho tiempo, estos jóvenes han sido llamados Soñadores y acarician el sueño de vivir y trabajar en el país en el que han crecido y amado, en la mayoría de los casos el único país que han conocido como su hogar. Muchos de estos jóvenes trabajadores han sostenido a sus familias, servido en nuestro ejército, asistido a nuestras escuelas y demostrado que quieren ser parte activa de nuestras comunidades. Nuestro Dios les ha mostrado su amor, misericordia y bondad a estos jóvenes, y nosotros estamos llamados a hacer lo mismo. Los jóvenes DACA son una parte importante de nuestro país y nuestra Iglesia y se debe dárseles todas las oportunidades de una vida mejor, al igual que les fueron ofrecidas a muchos de nuestros antepasados que llegaron a Estados Unidos a través de Ellis Island. Como Obispo de esta Diócesis, en solidaridad con estos jóvenes y sus familias, sé que estos incidentes lastiman a nuestras comunidades parroquiales y, a su vez, impactan negativamente a toda nuestra familia Diocesana y al país.

Me uno a mis hermanos obispos en todos los Estados Unidos exhortando encarecidamente al Congreso a actuar inmediatamente para encontrar una solución legislativa. Pido que todas las personas de buena voluntad se me unan en oración por la protección y bienestar de todos los jóvenes DACA, sus familias y todos los inmigrantes mientras se enfrentan al miedo, preocupaciones y ansiedad causados por estas decisiones.