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Días Santos 10/31/2016


Cómo obtener Indulgencias Plenarias para las Ánimas Benditas del Purgatorio esta semana

Desde la época de la Iglesia primitiva hemos honrado, respetado y orado por los muertos. La Iglesia ofrece una gran oportunidad para ayuda a los difuntos a través de la realización de actos de devoción, arrepentimiento y caridad. Dichos actos conceden la remisión del castigo temporal y son llamados indulgencias. Durante la Octava de Todos Santos, (1-8 de noviembre) la Iglesia nos ofrece una oportunidad especial de obtener indulgencias para los difuntos.

La devoción a la memoria de los muertos es una de las más bellas expresiones del espíritu Católico.

– Papa San Juan XXIII

La Fiesta de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos expresan litúrgicamente nuestra creencia que nosotros, como miembros de la Iglesia, también somos miembros de la Comunión de los Santos. Queremos expresar la creencia en esta Santa Comunión cada domingo al recitar el Credo. En la celebración de la Sagrada Eucaristía somos renovados en nuestra comunión con aquellos que nos han precedido en la fe.

Desde la época de la Iglesia primitiva hemos honrado, respetado y orado por los muertos. En el Libro de los Macabeos se reza a los muertos "porque es un pensamiento santo y piadoso, para que sean librados de sus pecados". No podemos ser recibidos en la intimidad con Dios sin antes haber sido purificados de las consecuencias del pecado personal. El Purgatorio es el nombre para este proceso de purificación. En este proceso, se satisface el castigo temporal que permanece por los pecados cometidos durante la vida. Al seguir los pasos de Cristo, nosotros los vivos, podemos ayudar a los muertos en el proceso de purificación a través de nuestras oraciones, obras espirituales y expiación penitencial. Nuestra comunión, en estado de gracia, y nuestras buenas obras son de beneficio mutuo para los vivos y para los fieles difuntos.

La Iglesia ofrece una gran oportunidad para ayudar a los difuntos a través de la realización de actos de devoción, arrepentimiento y caridad. Estos actos proporcionan la remisión del castigo temporal y se llaman indulgencias. Durante la Octava de Todos los Santos, (1-8 de noviembre) la Iglesia nos ofrece una oportunidad especial para obtener indulgencias para los difuntos.

Por las Animas en el Purgatorio – Indulgencia Plenaria

Una indulgencia plenaria, aplicable solamente a las almas del purgatorio, es concedida diariamente del 1ero. de noviembre al 8 de noviembre, a quien visite un cementerio devotamente y rece por los difuntos ahí, aunque sólo sea mentalmente. La indulgencia es plenaria todos los días del 1ero. al 8 de noviembre; en otros días del año es parcial.

ETERNO REPOSO

Dales Señor el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre) – Indulgencia Plenaria

Se concede una indulgencia plenaria a los fieles que, el Día de los Fieles Difuntos (o de acuerdo al juicio del obispo, el domingo antes o después de este día, o en la Solemnidad de Todos los Santos), visiten una iglesia o un oratorio devotamente y reciten un Padre Nuestro y el Credo.

PADRE NUESTRO

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

CREDO DE LOS APÓSTOLES

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.

Amén.

 

Requisitos para obtener una indulgencia plenaria:

・Realizar la obra en estado de gracia,

・Recibir confesión Sacramental dentro de 20 días de la obra (varias indulgencias plenarias pueden ser obtenidas por recepción),

・Recibir comunión Eucarística (una indulgencia plenaria puede ser obtenida por recepción),

・Orar por las intenciones del Papa (Padre Nuestro y Ave María u otra oración apropiada, es suficiente),

・No apegarse al pecado (incluso venial) – es decir, es suficiente que el Cristiano realice un acto de voluntad de amar a Dios y despreciar el pecado.

 

Requisitos para una indulgencia parcial:

・La obra debe realizarse en estado de gracia y con la intención general de ganar una indulgencia.

 

Notas:

・Solo pueden ganar indulgencias personas bautizadas en estado de gracia que intenten hacerlo.

・Las indulgencias no pueden ser aplicadas a los vivos, sólo al que realiza la obra o a los muertos.

・Solo puede ganarse una indulgencia por día (a excepción de la oración a la hora de la propia muerte).

・Pueden ganarse numerosas indulgencias parciales el mismo día.

・ Si sólo se ha completado parte de una obra con indulgencia plenaria adjunta, aun puede obtenerse una indulgencia parcial.

・Si la penitencia asignada en la confesión tiene indulgencias adjuntas, la obra puede satisfacer tanto la penitencia como la indulgencia.

・Los confesores pueden cambiar la obra o las condiciones si el penitente no puede realizarlas debido a obstáculos legítimos.

・En grupos, la oración por las indulgencias debe ser recitada por al menos un miembro mientras los otros siguen la oración al menos mentalmente.

・Si impedimentos del habla/audición hacen imposible la recitación, es suficiente la expresión mental o la lectura de la oración.

・Para una indulgencia adjunta a un día en particular que requiere una visita a la iglesia, el día comienza el mediodía del día anterior y termina a la medianoche.

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Fuente: Extraído de la columna del Arzobispo Allen Vigneron, The Michigan Catholic